7 de mayo de 2021
DIÁLOGO KAMAL HARRIS/ ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR
Dr. A. Villamar/RMALC
Desde hace 29 años las redes ciudadanas de Canadá, EEUU y México, frente a las negociaciones cuasi-secretas en marcha del TLCAN-NAFTA, reclamamos y luchamos porque se escuchara y se tuvieran en cuenta de manera prioritaria los intereses de nuestros pueblos y no únicamente los intereses comerciales y financieros.
Uno de los temas centrales que las organizaciones sociales mexicanas encabezaban era incorporar el tema de la regulación de los flujos migratorios, no únicamente los flujos financieros y mercantiles.
Nuestro argumento central radicaba en que reconocer la necesidad de regular los flujos de la fuerza de trabajo (los migrantes) entre nuestros países, implicaba reconocer que esa fuerza de trabajo tiene derechos laborales y humanos y ha sido necesaria para la economía y para nuestras sociedades; caso contrario, significaba establecer una violación a los derechos laborales establecidos en los tratados internacionales, una “ventaja comparativa” para los empleadores, una competencia desleal contra los propios trabajadores de EEUU y Canadá, y un falso mecanismo para reprimir la política salarial de los trabajadores en los tres países.
Los impactos negativos de esa vieja negativa de los negociadores oficiales del NAFTA-TLCAN para reconocer los derechos laborales y de los migrantes, terminó acumulandose y afloró la fuerza social suficiente para que en la renegociación del tratado T-MEC o USMCA por fin se retomara y quedara como parte obligatoria la demanda de reconocer los derechos laborales, aunque quedo pendiente el gran tema de los derechos de los migrantes.
Ahora que han cambiado las administraciones en EEUU y en México, y que el flujo creciente migratorio se ha vuelto más evidente e insoslayable afrontar en sus causas de fondo -mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de México y los países del llamado Triangulo del Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador-, es muy saludable que la administración Biden-Harris externe su disposición a adoptar medidas de apoyo directo a Programas de bienestar para las poblaciones marginadas, y que se convenza de que las vías represivas a los flujos migratorios no son una verdadera solución.
En ese marco, llegó la hora en que se pase del discurso al compromiso multilateral urgente de construir medidas eficaces, humanas y justas para las poblaciones migrantes.
Así que esperamos que fructifique con pasos concretos el segundo diálogo que este 7 de mayo sostuvieron la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris y el presidente de México Andrés Manuel López Obrador.
El siguiente breve video (de 6:42 minutos) da una idea del inicio de ese diálogo