Historia

Origen y Objetos

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Desde mediados de 1990, animados por la experiencia de la sociedad canadiense que luchaba contra los términos del acuerdo comercial de su país con Estados Unidos, un grupo de organizaciones sociales y civiles mexicanas se reunieron para reflexionar sobre las implicaciones de un posible tratado de libre comercio de América del Norte. Luego de un proceso de consultas decidieron crear la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC), la cual quedó constituida de manera formal el 11 de abril de 1991.

La Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC) no nace en oposición a ultranza frente a la idea de negociar un tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, sino en la búsqueda e instrumentación de un proyecto de desarrollo alternativo al neoliberalismo y, paralelamente, luchar por la transición a la democracia. La coyuntura de la negociación de un Tratado de Libre Comercio con esos dos países del norte, llevó a la RMALC a actuar en lo inmediato para incidir y presionar en cuanto que dicho acuerdo fuera un instrumento real que garantizara un desarrollo nacional más justo, y no un paso más en la consolidación del modelo neoliberal impulsado desde 1982 por los estadounidenses.

En cuanto a su conformación trinacional, hay antecedentes de relaciones entre algunas de las organizaciones que conforman la RMALC y organizaciones de Estados Unidos y Canadá, particularmente en el ámbito sindical. En torno a la negociación del acuerdo comercial Estados Unidos-Canadá ya se habían organizado coaliciones, sobre todo en Canadá, y se avanzaba en esfuerzos de coordinación de dichas coaliciones con organizaciones de Estados Unidos.

La RMALC nació como un espacio de coordinación de organizaciones civiles, sociales y personas interesadas en articularse para incidir en los procesos de globalización económica de manera favorable para la mayoría de los mexicanos. Varios de sus miembros, individuales y colectivos, formaban parte de redes sociales y otros tenían vínculos y experiencias de relaciones internacionales en los campos académico, sindical y de la incidencia en foros de opinión y decisión.

Desde sus orígenes, la RMALC se concibió a sí misma como parte de un esfuerzo de la sociedad civil mexicana, articulado a las luchas de las sociedades civiles de Estados Unidos y Canadá, para lograr acuerdos comerciales favorables a los pueblos y no sólo a un puñado de corporaciones trasnacionales.

Los objetivos de la RMALC fueron, y siguen siendo:

  • Difundir entre las organizaciones sociales información referente al proceso de integración económica de Norteamérica, sus costos y las acciones que se desarrollarían en el área para enfrentarlo.
  • Que la sociedad civil participara en el debate sobre el TLCAN, de tal manera que el acuerdo respondiera a sus intereses.
  • Caminar a través de acciones de las sociedades civiles de todo el continente hacia un mercado común latinoamericano.

“El objetivo de fondo, más allá de la coyuntura de la negociación del TLCAN, es promover y participar en la elaboración de propuestas y alternativas de desarrollo económicamente viables, socialmente justas y compatibles con el medio ambiente en el contexto y desafíos de la nueva realidad mundial”.

La RMALC se fue conformando por propuestas claras y una estrategia de acciones puntuales y oportunas que le permitieron ir sumando fuerzas diversas en torno a su objetivo. Su propio proyecto se fue definiendo en la medida que desplegó acciones nacionales y trinacionales concertadas, para aproximarse a él paulatinamente.

Un rasgo organizativo distintivo de la RMALC fue su carácter plural y de alianzas amplias, que la llevaron a construirse como una red de organizaciones sociales, sindicales, políticas, civiles de promoción del desarrollo; de pequeños empresarios, de ecologistas, de mujeres y de investigadores preocupados por los compromisos y decisiones de macropolítica económica, en lo que se refiere a relaciones comerciales internacionales, que a fin de cuentas incidirían de manera estructural y permanente en las condiciones de vida, de trabajo y de bienestar general.

Una segunda característica propia de la RMALC fue su carácter trinacional, puesto que desde sus orígenes se conformó como una red que puso en vigor antiguas relaciones internacionales de sus miembros fundantes con redes semejantes de Canadá y Estados Unidos. La consulta permanente y la realización de acciones entre organizaciones y redes civiles y sociales de los tres países, dotó a la RMALC de una cierta capacidad de información pertinente y oportuna, de espacios importantes de incidencia y cabildeo, así como de impacto y trascendencia social.

Un tercer rasgo distintivo de RMALC fue su carácter propositivo, que supo combinar la búsqueda de mecanismos de participación de todos sus miembros, organizaciones y redes, en la elaboración de sus líneas y decisiones fundamentales, con un equipo ejecutivo ágil, que sumó esfuerzos especializados para lograr una intensa producción de documentos y propuestas coyunturales de carácter público y muy a menudo trinacionalmente concertadas. Este equipo se reúne periódicamente y en sus sesiones pueden participar todas aquellas personas y organizaciones que así lo deseen.

Un cuarto aspecto específico de la RMALC fue haber sumado y conjuntado un núcleo muy importante de investigadores, economistas, sociólogos, periodistas, sindicalistas, académicos, intelectuales y analistas políticos que elaboran a propuestas y alternativas viables frente al modelo neoliberal y globalizador del comercio y la economía, a partir del TLCAN.