MIGUEL ALVAREZ GANDARA PREMIO DH 2017

 

Palabras del señor Miguel Álvarez Gándara, galardonado con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2017.

…Lamentablemente, la posible aprobación de la Ley de Seguridad Interior representa una reafirmación de la estrategia de seguridad que no funciona.

Significa darle a la emergencia y fuerza la categoría de permanencia. Esta ley no debe prosperar.

Por ello, haciendo míos los planteamientos del Alto Comisionado y de su oficina en México, así como los de la CNDH y del Colectivo Ciudadano Seguridad Sin Guerra, como de otros organismos, considero que el Senado de la República no debe de aprobar esta ley.

Pido al Gobierno, a las propias Fuerzas Armadas, a los partidos, por supuesto al Senado que profundicen el diálogo y la escucha. Por el bien del país, no se cierren.

Sin embargo, en el deplorable caso de que esa ley fuera promulgada, y sin perjuicio de las acciones legales que ciudadanos y organizaciones sociales puedan emprender, desde ahora animo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para que, en concordancia con lo que ha manifestado al respecto y con la posibilidad que le otorga el Artículo 105 Constitucional, ejercite ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación la acción de inconstitucionalidad que abre el camino para su invalidez.

Sin embargo, todavía más allá, como Nación nos urge generar condiciones pacíficas a la tensión polarizada y la conflictividad política y social que ahora crecen.

Recordemos que la paz requiere de la seguridad, pero no se agota, ni es sinónimo de ella, pues la paz obedece a un concepto y paradigma que la construye inseparable y basada en la justicia, la democracia y los derechos humanos.

México requiere no solamente un nuevo esquema de seguridad, sino, sobre todo, un prioritario y profundo enfoque de paz que conllevará los avances en otros campos que propiciarán, a su vez, la seguridad misma.

La paz requiere impulsar el diálogo, a pesar de desconfianzas y abismos. Para lograrlo, he aprendido que las mediaciones, llámense como sea, individuales o colectivas, sirven para fortalecer la voluntad de solución mediante la interlocución.

Sobre esta base, el reto se traslada a establecer mesas de partes que definan diagnóstico, agenda y propuestas paritarias hacia una ruta viable de medidas, pasos y soluciones dignas, confiables y concretas.

Ese es el camino que hemos recorrido en muy diversos conflictos sociales y políticos, y que ahora puede potenciarse y ampliarse. Éste es el camino que, también podemos recorrer hacia un nuevo paradigma de paz, con derechos humanos y seguridad.

En este marco, dos, nos urge un nuevo tipo de relación del Estado con la sociedad y con los pueblos indígenas en particular.

No se trata solamente de una deuda histórica, sino de un rasgo vital y estructural del México que queremos, debemos y podemos ser….

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