El difícil reto de reconstruir el sueño democrático americano

Alejandro Villamar      
03/07/2016
Opinión

 

Reunidos en la histórica ciudad combativa de Chicago, varios miles de activistas de la “revolución política” enarbolada por el Senador Bernie Sanders, abordaron por tres días (17-19 de junio pasado) una agenda con tareas previas y posteriores a la elección presidencial de noviembre próximo.

En el sitio donde hoy se levanta el enorme centro de convenciones McCormick Place, y 140 años antes (un 4 de mayo 1886) la policía había disparado y asesinado trabajadores en huelga, se ubicaba la fábrica McCormick Harvester Works, los más de 3 mil activistas venidos de todos los rincones de EE.UU., recuperaban historia y programaban futuro sin miedos.

En una atmósfera de sentida fraternidad y colaboración de activistas, en la “Cumbre de los Pueblos”, cuya repetida divisa política es la solidaridad y la acción para construir la revolución política, se alternaron en secuencia los discursos de destacados líderes sociales, seguidos por los testimonios de base, y “aterrizados” en los intercambios de opinión de cientos de pequeños grupos de composición diversa.

Notable el predominio de mujeres y jóvenes de ambos sexos y aún más preferencias y fachadas, como la Secretaria RoseAnn DeMoro, del relativamente nuevo e importante Sindicato Nacional de Enfermeras, intelectuales de los movimientos sociales como Naomi Klein, ex Senadoras como la impresionante oradora y embrujadora de masas Nina Turner, o la parlamentaria espiritual y pacifista Tulsi Gabbard de Hawaii.

Al escuchar a estas nuevas luchadoras sociales ¿Cómo no recordar las historias que recuperó el inolvidable historiador Howard Zinn? Una profunda raíz tiene la participación de las mujeres en las luchas sindicales y civiles en Chicago y en la historia de ésta nación, y hoy se recrean y se proponen participar en una revolución política del siglo XXI.

Los testimonios de los “jóvenes del milenio”, abarcan lo mismo la denuncia del racismo, de la discriminación a la diversidad sexual, de los bajos salarios, de la imposibilidad de acceso a los servicios de salud, a la falta de democracia en las reglas y funcionamiento de los partidos políticos dominantes que se han negado a abrirse al deseo de participar en la votación para cambiar la escandalosa concentración de la riqueza en la oligarquía del 1 %.

Las fogosas y radicales estudiantes, promotoras de la defensa de los derechos laborales en los llamados “talleres del sudor” o las maquiladoras, relatan el éxito y la importancia de reconocer el poder de los jóvenes en todos los espacios. En este caso de los estudiantes para obligar a las universidades a castigar a los patrones e intermediarios que violan los derechos humanos y pretenden suministrarles ropa de uniformes.

La retórica contundente de jóvenes y activistas sociales denunciando y proponiendo estrategias contra el corrupto poder los bancos y grupos financieros, mal definidos como “demasiado grandes para quebrar”, se transforma en la demanda de: “demasiado grandes para existir”, levanta gritos de euforia y aplausos.

La memoria está muy fresca sobre el movimiento, plataforma y luchas de los “Occupy Wall Street” (2011) y que sin duda, algunos de aquellos activistas participan también en esta enorme y trascendente reunión.

El tema de la reforma migratoria fue abordada por activistas y líderes chicanos que han alcanzado poderes locales y pone el acento en la positiva naturaleza multiétnica e histórica en la construcción del país y el rechazo abierto al hipernacionalismo conservador o reaccionario de D. Trump. Se insistió en denunciar la actitud de desprecio y falta de respeto como posición, no únicamente ideológica, sino como oportunismo político para explotar el miedo y el deterioro del nivel de vida de sectores de anglos blancos, lo mismo que el anacronismo del sistema político.

En los múltiples y breves talleres que se realizan en el enorme complejo se compartieron experiencias y saberes de muchos de los temas que no por conocidos carecen de originalidad: agricultura, transgénicos y salud alimentaria; estrategias frente al fracking y conservación del agua comunitaria y del ecosistema; ampliación de las coordinaciones contra los megatratados TPP, TTIP, TISA, TESLA; derechos laborales, humanos y aumento de $15 dólares la hora; moratoria a las deudas estudiantiles; las estrategias de ampliación de la cobertura de salud y la reducción de los subsidios y del poder trasnacional farmacéutico; sobre las o tareas hacia la convención nacional del partido demócrata; cómo abordar el “trumpismo” para la revolución política; nuevas estrategias de la revolución digital y muchos más.

Una verdadera ola de creativos jóvenes activistas participantes en la “revolución política” que el llamado solidario de “Bernie”, como cariñosamente es mencionado, levantó de manera sorprendente y es envidia y preocupación de la burocracia y élite tanto de demócratas como de republicanos.

Pero qué tiene de novedad la agenda o las acciones que se proponen. ¿Por qué en esta marea de activistas, de organizadores, y comunicadores de la revolución digital no se mencionó ni el juicio, ni la pregunta que en el extranjero hasta gente de izquierda ha venido haciendo?: “si Sanders ya perdió ¿por qué no se retira de la campaña?”

La respuesta la ha dado Bernie Sanders al reiterar que “En la transformación de América … No se trata sólo de la transformación de las elecciones”… “Debemos continuar nuestros esfuerzos de base para crear la América que sabemos que podemos llegar a ser.”

La insospechada e imprevisiblemente exitosa campaña no sólo acumuló más de 12 millones de votantes a favor de Bernie Sanders, y miles o millones de jóvenes más se vieron impedidos de votar por la discrecionalidad o lo caduco de las reglas del partido demócrata, también ha logrado penetrar en la conciencia de millones más de estadounidenses y en la admiración – o incredulidad e incluso odio – de extranjeros progresistas o conservadores.

¿Un candidato presidencial que se presenta como “socialista demócrata” en el corazón del imperio estadounidense?; ¿una plataforma que denuncia el escandaloso poder de Wall Street y demanda una política que beneficie a todos y no sólo al 1%?; ¿Una campaña que obliga a la candidata demócrata predilecta de los grupos oligárquicos y financieros a pronunciarse contra un TPP que anteriormente apoyó, o que se compromete a un aumento salarial al que veladamente se oponía, lo mismo que a una reforma del sistema financiero?; ¿un candidato que –según las encuestas- tendría mayor posibilidad de derrotar al candidato millonario conservador republicano?

¿Que no estamos en pleno triunfo del neoliberalismo, de la globalización trasnacional, del poder del mercado y de los mass media?…

Sabedores de la construcción de su poder ciudadano, de abajo hacia arriba, de usar el sistema de recolección digital de micro contribuciones que al acumularse rebasan los 222 millones de dólares, han impedido y demostrado la posibilidad de entrada del poder corruptor del financiamiento de las campañas por parte de la oligarquía financiera; con el 45.2% de los delegados demócratas a la convención nacional demócrata; y el respaldo y la simpatía de millones de ciudadanos, las tareas del periodo inmediato se centran en:

Apoyar activamente a los candidatos a cargos locales, estatales y federales; alcanzar una plataforma electoral del partido demócrata que recoja las principales demandas de la campaña y para ello participar en su redacción y en caso necesario pelearlas hasta la convención de finales de julio en Filadelfia; derrotar a D.Trump y sus propuestas.

Las tareas después de las elecciones de noviembre, al parecer se sintetizaron en mantener el movimiento por los cambios en la política interna y exterior, en la información, en la acción con miras, evidentes, en el 2018 y más allá.

Los acontecimientos políticos, posteriores a la Cumbre de los Pueblos de Chicago, en especial los obstáculos que miembros del Consejo de la Plataforma y algunos legisladores demócratas han puesto a un abierto rechazo al fracking, al TPP, o a la ampliación de la cobertura de salud, pone de manifiesto la pertinencia de que la lucha por transformar América, no termina, ni en las llamadas primarias, ni tampoco en las elecciones.

Para no olvidar:

En 1876 el partido de los Trabajadores, en una celebración del 4 de julio organizada por los socialistas alemanes en Chicago, decía en su Declaración de Independencia:

El sistema actual ha permitido que los capitalistas hagan leyes en su propio interés, leyes que lesionan y oprimen a los trabajadores.
Ha convertido la palabra “Democracia”, por la cual nuestros antepasados lucharon y murieron, en una caricatura, al dar a los propietarios una cantidad desproporcionada de representación y control en el Parlamento.

Ha permitido que los capitalistas… se aseguren la ayuda gubernamental, incentivos en forma de subvenciones en el interior y préstamos de dinero para los intereses de las corporaciones ferroviarias, quienes, con el monopolio de los medios de transporte, pueden engañar tanto al productor como al consumidor.

Por lo tanto, los representantes de los trabajadores de Chicago, reunidos en una concentración multitudinaria, solemnemente hacemos público y declaramos.
Que nos desvinculamos de toda lealtad hacia los partidos políticos existentes de este país, y que, como trabajadores libres e independientes, procuraremos adquirir plenos poderes para establecer nuestras propias leyes, organizar nuestra propia producción, y gobernarnos nosotros mismos.”

Fuente: La otra Historia de los Estados Unidos. Desde 1492 hasta el presente. Howard Zinn. Pág.181.

Creo que las palabras que el gran Howard Zinn expresó hace dos décadas también nos ayudan a entender el significado de lo que sucedió en la reciente The Peoples Summit de Chicago.

“Tener esperanzas en los malos tiempos no es simplemente romanticismo tonto. Se basa en el hecho de que la historia humana es una historia no sólo de la crueldad, sino también de compasión, sacrificio, valor, bondad. Lo que elegimos en enfatizar en esta compleja historia va a determinar nuestras vidas. Si sólo vemos lo peor, se destruye nuestra capacidad de hacer algo. Si recordamos esos tiempos y lugares, y hay tantas- donde la gente ha comportado magníficamente, esto nos da la energía para actuar, y por lo menos la posibilidad de enviar este trompo de mundo en una dirección diferente. Y si actuamos, de una manera por pequeña que sea, no tenemos que esperar algún gran futuro utópico. El futuro es una sucesión infinita de presentes, y vivir ahora como pensamos que los seres humanos deben vivir, desafiando todo lo malo que nos rodea, es en sí misma una victoria maravillosa”. The Progressive Magazine On Line. January 31, 2010 — Lew Rosenbaum

https://chilaborarts.wordpress.com/2010/01/31/remembering-howard-zinn-and-appreciating-him-from-the-progressive-magazine-on-line/

– Alejandro Villamar/RMALC. Ciudad de México 1 de julio de 2016.

 

Publicado originalmente en: http://www.alainet.org/es/articulo/178525

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