La
Conferencia Mundial de Financiación para el Desarrollo.
Balance y lecciones sobre la participación de la Red Mexicana
de Acción frente al Libre Comercio
I. La participación
de la RMALC en la Conferencia Mundial de Financiación para
el Desarrollo (Conferencia oficial) que se celebró en México
el mes de marzo pasado, se fundamentó en los siguientes objetivos:
a) Divulgar
la política de los organismos multilaterales, Fondo Monetario
Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y la Organización
Mundial de Comercio (OMC) y cuestionar la congruencia entre los
acuerdos derivados de las Cumbres de Naciones Unidas (medio ambiente,
desarrollo, género, derechos humanos) y la política
financiera internacional prevaleciente.
b) Difundir los análisis sobre los impactos de las políticas
económicas y comerciales y su relación con las problemáticas
locales y sectoriales, aportando la experiencia que nuestra organización
ha acumulado a lo largo de 11 años sobre estos temas.
c) Aprovechar el evento para fortalecer la discusión y participación
de las organizaciones sociales y civiles frente a los procesos de
integración económica.
d) Contribuir a la consolidación del movimiento internacional
de resistencia y propuesta frente al modelo de la globalización
neoliberal.
e) Incidir
en la conferencia oficial a fin de hacer escuchar la voz de la sociedad
civil, sus cuestionamientos, su agenda y sus propuestas para el
establecimiento de formas de participación y decisión
más democrática.
II. Para alcanzar
estos objetivos, la RMALC planteó que era necesaria una estrategia
que articulara adecuadamente distintos ámbitos de participación
y acción antes y durante el evento. Propusimos combinar acciones
de resistencia y de propuesta tanto en la Conferencia oficial como
en el "Foro Global de la Sociedad Civil sobre Financiación
para el Derecho al Desarrollo con Equidad" (Foro Global) y
los eventos paralelos. Asimismo juzgamos indispensable enlazar las
iniciativas locales (en especial de las organizaciones sociales
y civiles de Monterrey), con las nacionales e internacionales, bajo
una visión integral del desarrollo en el que las políticas
económicas (y de financiación) respondan a las problemáticas
sociales: equidad de género, derechos humanos, medio ambiente,
democracia. Lo expresamos en la consigna "no hay mejor política
social que una política económica que tenga efectos
sociales positivos".
Una estrategia
de esta naturaleza nos permitiría sortear falsas disyuntivas
(promovidas por el gobierno mexicano, un sector de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) e incluso algunas ONG's y medios de
comunicación) entre los buenos y malos "globalifóbicos".
Para la RMALC
el dilema de la sociedad civil no se ubica en participar o no en
los eventos oficiales, sino en cómo y para qué hacerlo.
Consideramos que la incidencia en las políticas públicas
nacionales e internacionales es útil y necesaria. Reconocemos
que sus alcances son limitados en tanto no modifiquen las raíces
del modelo económico, político y social vigente. La
incidencia sólo tendrá un valor táctico en
la medida en que esté respaldo por una movilización
social y responda a las demandas y necesidades de las organizaciones
sociales. La participación en los eventos oficiales debe
realizarse de una manera pública y abierta, sin diluir la
agenda propia.
Tampoco es
menester optar entre la movilización y la resistencia, por
una parte, y el análisis y la propuesta, por la otra. Es
posible y pertinente combinar la protesta con la propuesta para
lo que se requiere realizar un trabajo de discusión, consenso
y articulación cuidadoso.
III. La construcción
de consensos para diseñar y poner en marcha una estrategia
articulada exigían una coordinación nacional e internacional
mucho más amplia y sólida de lo que realmente se alcanzó.
Si bien hubo una buena presencia de organizaciones internacionales
aliadas y representativas del movimiento de resistencia global,
ésta fue desaprovechada. La participación de personalidades
y organizaciones internacionales tuvo un bajo perfil tanto en el
Foro Global como en la "Asamblea Social Otro Mundo es Posible"
. A sólo unos días de la realización exitosa
en Porto Alegre del Foro Social Mundial, la presencia en medios
nacionales e internacionales de las actividades de la sociedad civil
en Monterrey fue comparativamente menor y empañada por las
diferencias internas. El Comité Internacional de Apoyo fue
subestimado pues debió jugar un papel mucho más protagónico
antes y durante el evento. En cambio, la Conferencia oficial fue
ampliamente cubierta por la prensa internacional, poniendo como
nunca antes el tema de desarrollo y su financiamiento en la palestra
mundial.
En lo que se
refiere a la coordinación nacional hubo también insuficiencias
notables. El Comité Nacional organizador del foro global
no logró una adecuada articulación y representación
pues la construcción de consensos se inició demasiado
tarde. La magnitud del evento y el contexto político nacional
e internacional exigían la concurrencia de muchos más
actores sociales de los que fueron convocados durante la preparación,
en particular de las organizaciones sociales y sectoriales (campesinas,
indígenas, derechos humanos, ambientalistas, académicos
críticos).
Hubiera sido
necesario un trabajo de preparación nacional e internacional
mucho más amplio e intenso. La RMALC llevó a cabo
dos foros regionales informativo-organizativos, en Guadalajara,
Jal. y San Cristóbal de las Casas, Chis. y un taller preparatorio
con organizaciones civiles en la Ciudad de México junto con
Social Watch y Equipo Pueblo, que debieron replicarse en muchos
más estados y regiones del país.
Por la parte
internacional, la conformación tardía y débil
del Comité internacional, la complejidad del tema y la escasa
credibilidad en los alcances de la Conferencia, acentuada por el
sorpresivo surgimiento del llamado "Consenso de Monterrey"
posterior a la última reunión preparatoria de la conferencia
(febrero de 2002), se reflejó en una limitada participación
civil internacional. La delegación civil europea, sin duda
la más preparada y coordinada, finalmente tuvo una escasa
participación.
Del mismo modo,
la coordinación con las organizaciones con capacidad de movilización
masiva en Monterrey fue tardía y careció de un proceso
largo y cuidadoso que por un lado, superara la fragmentación
existente, y por el otro, articulara los consensos para darle sentido
común a las movilizaciones y que permitieran superar las
diferencias.
Por su cuenta,
Naciones Unidas logra un débil compromiso del BM-FMI-OMC,
aunque políticamente muy importante, al reintegrar la discusión
y el vínculo de las políticas financieras y comerciales
al seno del Consejo Económico y Social (ECOSOC) de la ONU;
máximo órgano, después de la Asamblea general,
del multilateralismo internacional. El cumplimiento de este compromiso,
más allá de la retórica, dependerá de
un cambio incierto a corto plazo, de la correlación de fuerzas
internacionales.
Otro momento
políticamente importante, aunque muy riesgoso, fue mostrar
la capacidad de la ONU para ensayar nuevas fórmulas de diálogo
directo entre representantes de movimientos y organizaciones sociales
con las instituciones fuertemente desligitimadas (BM-FMI-OMC) y
los gobiernos. Es claro el riesgo político, si esos diálogos
de "Mesa Redonda" no trascienden la retórica y
la manipulación mediática de domesticación
de la oposición civil, se revertirán contra la propia
ONU y los participantes civiles.
IV. En términos
generales nuestro balance se resume como sigue:
a) Las posiciones
del G-77 y China y de algunos países de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
incluyeron en sus propuestas ante la Conferencia algunas de la sociedad
civil, como la del impuesto Tobin a las transacciones financieras
o la elevación de la Asistencia Oficial para el Desarrollo
(AOD), no lograron levantarse con fuerza en la Conferencia.
La fuerza del
unilateralismo de los Estados Unidos y de los gobiernos conservadores
de la Unión Europea y de otros países (incluyendo
México), se impuso a la debilidad de los gobiernos con propuestas
alternativas. Notables excepciones, pero no únicas, fueron
las posiciones abiertamente disidentes de los gobiernos de Cuba
y Venezuela; este último presidencia del G77, más
China.
Por su parte
el gobierno mexicano mostró su torpeza diplomática
y su giro abierto hacia la derecha en materia de política
exterior, Intentando jugar un pseudo papel de "puente"
entre los países ricos y los países pobres, y finalmente
para terminar cumpliendo con un papel servil ante los dictados de
Washington.
b) El Consenso
de Monterrey como el documento oficial de la Conferencia impone
la visión de los países más poderosos (G-7)
y de los organismos multilaterales al resto del mundo. Si bien este
documento contiene algunos avances al abordar temas sociales antes
totalmente excluidos de la agenda económica y financiera,
el Consenso de Monterrey reitera y ratifica el dogma del neoliberalismo
y exalta al libre comercio como el motor del desarrollo. No atiende
a los impactos que este modelo ha provocado y tampoco toma medidas
reales y concretas para alcanzar los objetivos sociales y de combate
a la pobreza que en él se aluden. Lo que los medios de comunicación
recogieron fue el "regateo" por los fondos asignados como
ayuda al desarrollo y se desdibujaron los temas políticos
relacionados con la lucha por democratizar la toma de decisiones
en los organismos financieros multilaterales.
c) De nuestra
parte, las organizaciones de la sociedad civil tuvimos expresiones
en diversos eventos: organizamos el Foro Global, la Asamblea Social,
manifestaciones públicas y eventos de diversa índole.
En todos estos actos hubo aciertos y desaciertos, pero sin duda,
el mayor fallo consistió en la incapacidad de articular una
estrategia bajo posiciones políticas comunes. A pesar de
que la RMALC junto con otras organizaciones propuso concebir a todos
los eventos como una jornada única de lucha, esto no ocurrió
así.
El Foro Global
contó con la asistencia de organismos internacionales y nacionales
de buen nivel. También fue posible sentar a debatir, en nuestro
terreno, a representantes del BM, FMI y la OMC, obteniendo un documento
declarativo que fue leído en la Conferencia oficial. Sin
embargo, las carpas donde se realizaron distintos eventos de la
sociedad civil, padecieron desorganización y, como ya señalamos,
se desaprovechó la presencia de un importante número
de delegados internacionales. La participación de las organizaciones
sociales mexicanas fue insuficiente y poco informada, aunado a que
el lugar y el tiempo en que se desarrollo el Foro Global, hizo más
difícil la articulación con los grupos y personas
que no acudieron a él. Esta situación -que ocurrió
también durante la Conferencia Oficial- propició que
se acentuaran las visiones dicotómicas de estar "afuera
y adentro".
Es necesario
admitir que fue un error aceptar las presiones de Naciones Unidas
y del gobierno mexicano para tener como sede del Foro Global el
Auditorio Coca-Cola y también lo fue el aceptar que el gobierno
mexicano se gastara un presupuesto tan descomunal en la renta de
dicho local. Un gasto de este monto es inaceptable en un país
con tantas carencias. Es necesario aclarar que la RMALC no tuvo
injerencia en estas decisiones, pero que como parte del Comité
Nacional- no eludimos nuestra responsabilidad aun sea ésta
por omisión.
d) La Asamblea
Social logró ser una caja de resonancia de la inconformidad
de la sociedad con las políticas imperantes. Sin embargo,
también se organizó tardíamente y sus posiciones
y propuestas aparecieron dispersas. El debate moderado por el periodista
Ricardo Rocha, recogió el precedente de Cancún para
mostrar que es posible abrir discusiones públicas entre sociedad
civil y organismos internacionales en un plano de igualdad y con
reconocimiento de interlocución mutua.
e) La movilización
en la calle alcanzó a unas diez mil personas en diferentes
momentos, pero no hubo la capacidad organizativa para lograr una
manifestación única con un posicionamiento político
claro de cara a la Conferencia. Es importante destacar que se logró
mostrar a un movimiento crítico e inconforme pero pacífico.
Se sorteó la represión con mucho éxito, a pesar
de las provocaciones. Esto fue producto de la buena organización
de algunos grupos juveniles como los anarco-punk y los campesinos
de San Salvador Atenco y de la presión política que
llevamos a cabo con las fuerzas policíacas y políticas
tanto de Monterrey como a nivel federal.
f) La RMALC
estuvo presente en todos los espacios: Foro Global, Conferencia
Oficial, Asamblea Social y en todas las movilizaciones. Pugnamos
por tender puentes entre todas estas acciones, pero nuestros esfuerzos
fueron tardíos, infructuosos y poco eficientes. Los saldos
finales no son los esperados. Subestimamos la magnitud de los retos
que implican ser anfitriones de una Conferencia como la realizada,
tuvimos poco éxito en involucrar a otras fuerzas sociales
y carecimos de la capacidad organizativa suficiente.
g) Finalmente nos vemos obligados a dejar claro que nuestra organización
no administró recursos para la realización del Foro
Global. No recibimos ningún apoyo económico ni del
gobierno mexicano ni de las agencias de cooperación internacional.
La organización de los foros que realizamos y la participación
de nuestros delegados fueron financiados a partir de nuestro propio
presupuesto. A las personas y organizaciones que se encargaron de
la búsqueda de financiamiento y de la administración
de los fondos, les solicitamos recursos para realizar eventos previos
de información y análisis, para financiar el traslado
de miembros de las organizaciones sociales a Monterrey y para contar
con una persona de enlace en Monterrey previo a la realización
de la Conferencia. Esos recursos nunca llegaron y estos gastos también
tuvimos que afrontarlos por nuestra cuenta. Hemos solicitado a ALCADECO
que rinda cuentas sobre los montos administrados, fechas precisas
de ejercicio y criterios utilizados y que estos sean publicados
a fin de hacer frente a versiones que de mala fe han circulado tanto
en medios de comunicación como en otros círculos acerca
de nuestra organización.
V .Las lecciones
que recogemos son:
La participación
en eventos de esta naturaleza debe corresponder a nuestra estrategia
de fortalecimiento y construcción de sujeto social y de la
profundización del análisis, la educación popular
y la generación de propuestas alternativas. Este objetivo
debe privar en la organización de eventos para evitar ser
desdibujados por la lógica oficial o presentar posiciones
polarizadas que generan falsas disyuntivas.
Debe realizarse
un mayor y mejor trabajo de preparación, articulación
y alianzas. En esta óptica es indispensable que las organizaciones
sociales juguemos un papel más protagónico por lo
que es ineludible atraer al mayor número y promover que incluyan
en su agenda y en sus movilizaciones los temas económicos
y comerciales globales.
La incidencia
en políticas públicas es útil y pertinente
pero sólo será efectiva si se articula adecuadamente
con las acciones de presión y movilización social
amplia.
Debemos realizar
acciones creativas coordinadas para aprovechar las oportunidades
de difusión e interés que generan estos eventos. También
deben servir para crear consensos y concertar estrategias comunes
a fin de que coadyuven a fortalecer un movimiento amplio en lo local,
nacional e internacional.
Comisión
Coordinadora de RMALC
México, D.F., Mayo de 2002.
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