La
doble moral del juego político del foxismo ante el TLCAN
Dr.
Alejandro Villamar /RMALC
Así como el
salinismo y su corte neoliberal propagandizó que la globalización
y la firma de un TLCAN era un fenómeno casi sobrenatural e inevitable
que llevaría a México al primer mundo, el foxismo –lo mismo que
el zedillismo- ha argumentado que es imposible e inconveniente
cualquier renegociación del TLCAN. No obstante, el foxismo inmoralmente
dice una cosa y hace otra.
Este 9 de
junio el secretario de agricultura de México F. Mayorga, con el
apoyo de J. Penn subsecretario de agricultura de EU, declararon
en México que “no es posible abrir el Tratado de Libre Comercio
en los capítulos de maíz blanco y frijol..y que el gobierno mexicano
ha expresado en múltiples ocasiones su determinación de honrar
los compromisos que tiene firmados con distintos países en materia
de comercio.” [1]
En sentido
contrario a su discurso de imposible hacer cambios para proteger
a los pequeños y medianos agricultores mexicanos, en los años
recientes los gobiernos de México, EU y Canadá han venido modificando
el TLCAN en varios capítulos y materias claves como el Capitulo
11 de inversiones y sobre todo el capitulo referente a reglas
de origen y normas sanitarias.
La mas reciente,
de este año, y pese al rechazo de productores, científicos y organizaciones
sociales, el gobierno de México, a petición de Estados Unidos,
pretende debilitar (“flexibilizar”) su norma 028 FITO 1995, relativa
a los requisitos fitosanitarios para la importación de granos
y semillas, excepto las de siembra, favoreciendo con ello una
mayor importación de granos y semillas, pese al riesgo de incrementar
plagas y enfermedades.
[2]
Sin
embargo, desde la reunión del 7 de octubre de 2003, en Montreal,
bajo las negociaciones del TLCAN, para transformarlo en TLCAN-Plus,
el gobierno foxista ha aceptado la propuesta de los gobiernos
de Canadá y EU para modificar (“mejorar”), por un lado, “la
operación del mecanismo de solución de controversias inversionista-estado
incluido en el capítulo de inversión del TLCAN. El mismo concepto
de transparencia debe aplicarse a los procesos de solución de
controversias del Capítulo 20 del TLCAN.” Y en paralelo,
a petición de las empresas trasnacionales y sus aliados mexicanos
modificar las Reglas de Origen y el sistema armonizado de aranceles:
“Se ha logrado un acuerdo tentativo para liberalizar las reglas
de origen para un amplio rango de alimentos y de productos industriales,
que se relacionan con un amplio porcentaje del comercio trilateral” [3] .
Esta homologación
de reglas de origen y normas, bajo la careta del ASPAN (Alianza
de Seguridad y Prosperidad de América del Norte) abarcan ya hacia
los sectores automotriz, eléctrico, electrónico, textil y alimentos.
Con ellas, se “podrán incorporar una mayor cantidad de insumos
o piezas extranjeras en un paquete de productos industriales y
agrícolas que recibirán un trato preferencial y no pagarán aranceles.”
Y de acuerdo
a la Subsecretaría de Negociaciones Comerciales Internacionales
de la Secretaría de Economía, que “el último paso será que
los tres países se notifiquen, por medio de cartas, que ya concluyeron
sus procesos internos para hacer esos cambios, una vez lo cual
se definirá una fecha para que entren en vigor”. [4]
Ante tanta
“oferta” del gobierno foxista, los directivos de otras ramas productivas
con profunda penetración y dirección trasnacional como la química
también exigen ser incorporados, y dado el servilismo hacia “los
fuertes” les darán respuesta positiva. En esta rama productiva
claramente se plantea “cambiar las reglas de origen de cerca
de 3 mil cien fracciones arancelarias, porque al no haber
suficiente materia prima en la región o en cada uno de los países
para la fabricación de químicos, podrán utilizar componentes de
otros países y aún cuando tengan menor contenido nacional o regional
recibirán un trato arancelario especial”
[5]
Todas estas
modificaciones, que no tienen nada de menores, están siendo instrumentadas
institucionalmente bajo el programa del ASPAN, y de su llamado
Consejo [trinacional] de Competitividad que este
15 de junio se conformara en Washington, con representantes de
las grandes empresas y funcionarios de gubernamentales de los
tres países [6] .
De esta manera
toda la agenda y la dirección del comercio y de la economía pretende
el foxismo y sus aliados que quede en manos “del mercado y la
competitividad”, pero de unos cuantos que han crecido bajo la
protección ilegitima (e ilegal en no pocos casos)de esa política
servil. Los demás, que se rasquen con sus propias uñas, o lo que
es lo mismo, que se los lleve la globalización.
Así bajo esa
doble moral, doble discurso y doble conducta, para unos es:
Imposible
renegociar el capitulo agropecuario, porque ha funcionado de maravillas
y frente a la angustia campesina de verse aun mas inundados de
importaciones de maíz y frijol estadounidense (a precios artificiales,
menores a sus costos de producción), ni se preocupen estamos
preparados para que no les duela tanto. Lo que Uds necesitan
es ser mas competitivos y nosotros –que somos tan eficientes-
les podemos vender tecnología para que la injusta e inmoral competencia
no los mate del todo.
Para los otros
es: Bienvenidas las peticiones y propuestas concretas que promuevan
la competitividad de la región (y nuestras empresas), súmense
o conformen subcomités o grupos de trabajo para definir la agenda
global que para eso están los funcionarios eficientes, ¿De los
parlamentos y Congresos? No se preocupen, no los necesitamos,
ni a ellos ni a la sociedad... Basta con los Ejecutivos y Uds...